¿Quién es Christian Escriba?

Antoni Escribà: El Mago del Chocolate

01/06/2025

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En el mundo de la pastelería, pocos nombres resuenan con tanta fuerza como el de Antoni Escribà. Considerado un auténtico revolucionario y un artista sin igual, su legado trasciende las fronteras de Barcelona para convertirse en un referente internacional. Su habilidad para transformar el chocolate en verdaderas obras de arte le valió apodos que evocan magia y maestría, consolidándolo como una figura clave en la historia de la gastronomía del siglo XX. Adentrarse en su historia es descubrir la pasión, la innovación y la dedicación que pueden elevar un oficio a la categoría de arte supremo.

¿Cómo se llama el pastelero Escriba?
Antoni Escribà Considerado con el sobrenombre de “Mozart” o “Mago del chocolate” por sus esculturas de chocolate, llegó a ganar 24 medallas de oro en distintos concursos de pastelería entre 1956 y 1977. “Sin duda, Antoni Escribà es un referente gastronómico del siglo XX, un revolucionario del mundo del chocolate.

Antoni Escribà i Serra nació en 1930 y nos dejó en 2004, pero su influencia perdura. Representó la tercera generación de una estirpe de pasteleros que había echado raíces en el corazón de Barcelona. Su familia regentaba la Pastisseria Escribà, un establecimiento con historia que había evolucionado desde el antiguo “Forn Serra”. Ubicada en la emblemática Gran Vía, en el número 546, esta pastelería no era solo un punto de venta de dulces, sino un centro de tradición y, con la llegada de Antoni, de vanguardia.

Índice de Contenido

Una Herencia Familiar en el Corazón de Barcelona

La Pastisseria Escribà, situada en la Gran Vía, es mucho más que un simple negocio; es un testigo de la historia pastelera de Barcelona. Fundada inicialmente como “Forn Serra”, un horno de pan tradicional, la familia Escribà supo adaptarse a los tiempos y evolucionar hacia la pastelería fina. Antoni Escribà, como representante de la tercera generación, heredó no solo un local y una clientela, sino también una profunda tradición y un compromiso con la calidad.

Crecer en este entorno familiar, rodeado de masas, cremas y el aroma embriagador del horno, forjó en Antoni una conexión innata con el oficio. Sin embargo, no se conformó con replicar las técnicas y recetas de sus predecesores. Poseía una visión inquieta y un deseo constante de explorar nuevos horizontes, lo que lo llevaría a transformar la percepción misma de lo que podía ser la pastelería.

Del Horno al Laboratorio de Ideas

La transición de “Forn Serra” a la Pastisseria Escribà bajo el liderazgo de Antoni marcó un antes y un después. Mantuvo la esencia artesanal, pero inyectó una dosis masiva de creatividad e innovación. Su pastelería se convirtió en un laboratorio donde experimentaba con texturas, sabores y, sobre todo, con formas. Esta audacia fue clave para cimentar su reputación como un pastelero diferente, un artista que utilizaba ingredientes dulces como medio de expresión.

La ubicación privilegiada en la Gran Vía de Barcelona también jugó un papel importante. Era un escaparate perfecto para mostrar al público sus creaciones, captando la atención de locales y visitantes por igual. Cada pieza, cada pastel, cada escultura de chocolate exhibida en sus vitrinas contaba una historia y demostraba un nivel de detalle y maestría raramente visto.

El Apodo que Hizo Historia: El Mago del Chocolate

Si hay algo por lo que Antoni Escribà es universalmente reconocido, es por su extraordinario dominio del chocolate. Su habilidad para moldear, esculpir y dar vida a este ingrediente le valió dos sobrenombres que capturan perfectamente su esencia: “Mozart” y “Mago del chocolate”. Ambos apodos sugieren una genialidad innata y una capacidad para crear algo mágico a partir de la materia prima.

Sus esculturas de chocolate no eran meras decoraciones; eran obras de arte efímeras, llenas de movimiento, detalle y expresividad. Desde figuras humanas hasta elementos arquitectónicos o abstractos, Antoni Escribà demostró que el chocolate podía ser tan versátil como el mármol o la arcilla en manos de un escultor. Esta faceta artística fue la que lo distinguió de la mayoría de sus contemporáneos y lo elevó a la categoría de leyenda.

Esculturas que Cautivaron al Mundo

La técnica y la creatividad de Antoni Escribà en el trabajo del chocolate eran simplemente asombrosas. No se limitaba a fundir y moldear; experimentaba con temperaturas, texturas y acabados para lograr efectos visuales y táctiles únicos. Sus creaciones eran tan detalladas y realistas que a menudo resultaba difícil creer que estuvieran hechas de chocolate. Esta maestría le abrió las puertas de concursos internacionales, donde deslumbró a jueces y público por igual.

Ser llamado “Mozart” de la pastelería implicaba no solo destreza técnica, sino también una composición armoniosa y una creatividad inagotable, cualidades que Antoni Escribà poseía en abundancia. El apodo de “Mago del chocolate” era aún más elocuente, sugiriendo que lo que hacía con este ingrediente parecía ir más allá de lo puramente técnico, rozando lo sobrenatural.

Un Palmarés Digno de Leyenda: 24 Medallas de Oro

El talento y la dedicación de Antoni Escribà no pasaron desapercibidos en el competitivo mundo de la pastelería internacional. Entre los años 1956 y 1977, un período de poco más de dos décadas, acumuló un impresionante récord de 24 medallas de oro en diversos concursos de pastelería. Este logro es testimonio de su constante excelencia y su capacidad para superar a los mejores pasteleros de su tiempo.

Ganar una medalla de oro en un concurso internacional de pastelería es un hito significativo; ganar 24 es una proeza casi inigualable. Estas medallas no solo reconocían su habilidad técnica o la exquisitez de sus sabores, sino también su originalidad, su presentación impecable y, muy probablemente, sus revolucionarias esculturas de chocolate. Cada medalla dorada añadía un nuevo brillo a su reputación y consolidaba su posición como uno de los grandes maestros pasteleros del siglo XX.

Reconocimiento por los Grandes

El impacto de Antoni Escribà en el mundo de la gastronomía se refleja en las palabras de otros grandes chefs. Ferran Adrià, considerado uno de los cocineros más influyentes de la historia, lo describió con una admiración palpable: “Sin duda, Antoni Escribà es un referente gastronómico del siglo XX, un revolucionario del mundo del chocolate. Fue el primer vanguardista de la gastronomía española”.

Esta declaración de Ferran Adrià subraya la importancia de Antoni Escribà no solo como pastelero, sino como pionero. Ser calificado como el “primer vanguardista” de la gastronomía española en general, y no solo de la pastelería, habla del alcance de su influencia. Abrió caminos, desafió convenciones y demostró que la creatividad y la experimentación tenían un lugar central en la cocina y la pastelería de alta gama. Su legado es una inspiración para las generaciones posteriores de chefs y pasteleros que buscan innovar y llevar su arte a nuevos niveles.

El Legado de un Visionario

Antoni Escribà no solo dejó un negocio familiar próspero y un nombre asociado a la excelencia; dejó un legado de innovación, arte y pasión por el oficio. Su enfoque en la estética y la presentación, combinado con una técnica impecable, elevó la pastelería a una forma de arte reconocida. Demostró que un pastel no es solo un postre, sino una experiencia sensorial completa, desde la primera mirada hasta el último bocado.

Su trabajo con el chocolate, en particular, influyó a innumerables pasteleros. Mostró que el chocolate no era solo un ingrediente para bombones o coberturas, sino un material maleable y expresivo con infinitas posibilidades artísticas. Sus esculturas abrieron la puerta a una nueva forma de entender la pastelería artística, donde la creatividad visual era tan importante como el sabor.

Una Influencia que Perduró

Aunque su vida terminó en 2004, la filosofía y el espíritu innovador de Antoni Escribà continúan vivos. La Pastisseria Escribà en Barcelona sigue siendo un punto de referencia, manteniendo la tradición familiar pero también explorando nuevas ideas, honrando así el espíritu vanguardista de Antoni. Su historia es un recordatorio de que la dedicación, la creatividad y el coraje para experimentar pueden llevar a logros extraordinarios y a un impacto duradero en cualquier campo.

El reconocimiento que recibió en vida, simbolizado por sus 24 medallas de oro y los elogios de figuras como Ferran Adrià, lo posicionan firmemente como uno de los grandes maestros pasteleros de la historia. Su apodo, “El Mago del Chocolate”, sigue siendo sinónimo de arte, innovación y la capacidad de transformar lo ordinario en algo verdaderamente mágico.

Cronología de Antoni Escribà

Para entender mejor los hitos en la vida y carrera de Antoni Escribà, aquí presentamos una breve cronología basada en la información disponible:

Año/PeriodoAcontecimiento Clave
1930Nacimiento de Antoni Escribà i Serra.
Periodo IndeterminadoSe pone al frente de la Pastisseria Escribà (antiguo “Forn Serra”) en Gran Vía 546, Barcelona.
1956 - 1977Periodo en el que gana 24 medallas de oro en distintos concursos de pastelería.
Siglo XXConsiderado referente gastronómico y revolucionario del chocolate.
2004Fallecimiento de Antoni Escribà i Serra.

Preguntas Frecuentes sobre Antoni Escribà

A continuación, respondemos algunas preguntas comunes sobre este célebre pastelero:

¿Quién fue Antoni Escribà?

Antoni Escribà i Serra (1930-2004) fue un renombrado pastelero español, representante de la tercera generación de la familia Escribà al frente de la Pastisseria Escribà en Barcelona. Es ampliamente reconocido por su arte con el chocolate y su espíritu innovador.

¿Por qué se le llamaba “Mago del Chocolate”?

Se le apodó “Mago del Chocolate” y también “Mozart” por su extraordinaria habilidad para crear esculturas de chocolate complejas y artísticas, transformando el ingrediente en verdaderas obras de arte que parecían hechas por arte de magia.

¿Cuántas medallas ganó en su carrera?

Antoni Escribà ganó un total de 24 medallas de oro en diversos concursos de pastelería entre los años 1956 y 1977, un logro que subraya su excelencia y dominio del oficio.

¿Dónde estaba ubicada su pastelería principal?

La Pastisseria Escribà, que dirigió Antoni, está ubicada en la Gran Vía 546 de Barcelona. Originalmente conocida como “Forn Serra”, es un establecimiento con una larga historia familiar.

¿Quién lo consideró el primer vanguardista de la gastronomía española?

El reconocido chef Ferran Adrià elogió a Antoni Escribà, considerándolo un referente gastronómico del siglo XX, un revolucionario del mundo del chocolate y el primer vanguardista de la gastronomía española.

La historia de Antoni Escribà es la de un artesano que se atrevió a ser un artista, un visionario que llevó la pastelería a nuevas alturas. Su legado vive en cada creación que busca la perfección y la innovación, inspirando a quienes entienden que la cocina, y en particular la pastelería, es un campo ilimitado para la creatividad y la expresión artística.

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